lunes, 8 de septiembre de 2008

El cazador de gotas de lluvia

Christopher esta de pie junto a la ventana de la cocina, con la nariz pegada al cristal. No deja de suspirar y mirar la lluvia que cae fuera.
-Alguna ves parará -dice su madre para consolarle-
-Pero ¡Yo quiero que pare ahora!, ¡Quiero montar en bici!
-A lo mejor mañana sale el sol. Entonces podrás ir en bicicleta.
La madre pega calcomanias de florecitas azules en la pared que esta sobre el fogon. Christopher la observa melancolicamente durante un instante. Despues afirma:
¡Hay una torcida!
¿De verdad?-pregunta su madre,asustada. Luego, lo comprueba, se tranquiliza y dice
Apesar de todo, esta bonito.
Christopher mira otra vez por la venta, llueve y llueve.
-¿No tieens ganas de arreglar tu tren?-propone la madre.
-¡Nooo!-contesta Christopher obstinadamente-¡Quiero ir en bici!¡Y quiero que pare esta estupida lluvia!
Con el puño golpea furioso el cristal.
¡No me rompas el cristal!-exclama la mama enfadada-¡Vas a contagiar tu mal genio al mundo entero!.
Christopher sale de la cocina sin decir una palabra y cierra la puerta de un portazo.
En el pasillo se encuentra con el abuelo Jakob.
¡Caramba!-exclama el abuelo-¿Ha habido problema?
-Es la estupida lluvia....
Con el hombre roza el papel de la pared, aunque sabe perfectamente que no debe hacerlo.
¡Quiero ir en bici!-añade enojado-¡Y ahora mismo!¡No mañana o nose cuando!-mira amenazadoramente al abuelo-¡Y no me digas que tengo que arreglar mi tren!
El abuelo Jakob levanta las manos de forma defensiva.
-No pensaba hacer tal cosa-asegura.
Luego,sube la escaler de caracol hacia su casa.
Desde el ultimo escalon grita por encima del hombro:¡Si tienes ganas de conocer a Florino,puedes subir...!
¡Asi que el abuelo Jakob tiene visita!¡Un tal Florino!Pero ¡si no ha llamado nadie al timbre! Christopher escucha. Si, es verdad, oye hablar a alguien. Sube los escalones de dos en dos. De repente le ha entrado mucha prisa. Cuando, al llegar arriba, abre la puerta de golpe, el abuelo Jakob esta sentado en su sillon de orejas delante de la ventana abierta, mirando la lluvia. Junto a el hay una vieja mecedora,pero esta vacia.
-¡Me has mentido!-dice Christopher decepcionado-.Aqui no hay nadie. Ni Florino ni nadie.
-Pero Florido ha estado aqui-asegura el abuelo-. Hace un momento estaba sentado al borde de la ventana y yo escuchaba su periodico.
¡Aja!El abuelo ha dicho algo mal.
¿Escuchas su periodico?-repite Christopher triunfalmente-.¡Un periodico no se escucha!¡Un periodico se lee!
-El periodico de Florino, no-replica el abuelo Jakob tranquilamente-.Su periodico es un periodico de lluvia;por decirlo asi, es un periodico para escuchar.

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